César Augusto
Vázquez Chagoya
El calor era intenso en el centro del estado de Veracruz. Qué mejor escenario para que nos visite un Presidente de la República y venga de nuevo a dar “atole con el dedo”. “Los “bebitos” jarochos felices. Una organización priista “amagó” que se manifestaría en contra de las promesas incumplidas del mandatario, lo que obligó a los panistas “acarrear” empleados federales de toda la entidad. El día fue de abucheos, cifras que esconden la verdad y las fotos inigualables de Alberto Morales, el popular “Beto Gato”.
Como un compromiso presidencial para la Armada de México, cada ejecutivo federal asiste cada 21 de abril a la Heroica Escuela Naval Militar Antón Lizardo, ubicado en Boca del Río, para conmemorar el Aniversario de la Defensa Heroica del Puerto de Veracruz por la Invasión Norteamericana donde murieron cadetes de esta institución.
Para este año, asistió el Presidente Felipe Calderón al ritual, pero se programó un acto en la congregación de Santa Fe de Veracruz, para la entrega de apoyos al campo y un evento donde se inician los trabajos del gran trébol sobre la autopista en Córdoba que dará más vialidad a miles de automotores.
Este último acto, se sintió antes de realizarse, que olía más a “tufillo" partidista porque precisamente en este lugar el PAN “impuso” como su candidato a la Diputación Federal al futbolista Carlos Hermosillo, que es de Cerro Azul, lugar ubicado al norte del estado y no tiene que ver nada con la militancia panista. La “jugada” del comité nacional y estatal del azul, más que beneficios les trajo la inconformidad del panismo puro no sólo de Córdoba sino de todo el estado.
Imponer a Hermosillo en un distrito en donde el PAN había ganado desde 1997, tendrá sus consecuencias. Pues en el primer acto en la naval no pasó nada. Institucional, emotivo. Los problemas empezaron en Santa Fe, en donde el Estado Mayor no permitió la llegada de autos antes de tres kilómetros del evento y pese al calor no permitieron la entrada de botes de agua. El lugar de antemano estaba lleno de empleados federales. En ese lugar de entrega de apoyos al campo “abuchearon” al Gobernador y fueron exageradamente ruidosos con Calderón.
No se puede saber qué pensaba el Gobernador Fidel Herrera Beltrán en ser apabullado en su propio estado y en el acto de Córdoba se dieron interesantes momentos de alta política. Antes del acto, la explanada llena de camisas azules, quién sabe donde se coló Doña Lencha con cinco mujeres con camisa rojas.
Las “coloradas” se pusieron enfrente donde estaría el estrado de los periodistas nacionales. Uno de los coordinadores de prensa de la Presidencia muy acomedido le dijo a Doña Lencha que por favor se moviera, pero la jarocha contestó con todo su modismo alvaradeño: “Oye chico, tú me quieres mover por mi camisa roja”. No señora, nada de eso, sólo es que no puede estar parada ahí. Doña Lencha, replicó: “Es que tú quieres a Calderón y a Hermosillo y no quieres a Fidel y a Duarte”. Enseguida en coro, las mujeres coloradas empezaron a echarle porras a Fidel y a Duarte, pero estos gritos fueron apagados por el griterío del aplastante de los miles de azules.
Un acto presidencial, lo bajaron a un acto partidista y sólo por la osadía de las cinco “coloradas”.
Llegó el Presidente de la República, el Gobernador, el Alcalde de Córdoba, el encargado de la Secretaría de Comunicaciones, entre otros. Ya sabe, la nube azul de empleados federales “berreaban” el nombre de Calderón, se puede decir que se pasaban y hay una foto de Alberto Morales donde muestra a Calderón tratar que le bajaran a los gritos.
Cuando nombran a Fidel, vino el abucheo de nuevo y las únicas que le echaban porras eran las “coloradas”, pero era una gota en el mar.Entonces vino la política de alta escuela. El Gobernador le tocaba hablar, pero sabiendo que venía el abucheo, antes de llegar al micrófono arengaba a la multitud a subir el tono del abucheo para empezar su discurso diciendo que el único pecado de los veracruzanos era creer en la palabra del presidente Calderón y ahí estaba presente para cumplirle a los veracruzanos. Dicho esto, el abucheo cambio al aplauso.
El colmillo de “mamut” de Fidel resplandecían con el reflejo de la nula nieve que está en Pico de Orizaba, erguido gigante, que a sus pies se hizo el acto. En “el pecado de los Veracruzanos es creerle al Presidente Calderón”, venía el reproche bajo la mesa. No aplaudirle a Fidel por el apoyo a Calderón, sería no aprobar la política del Presidente. El gobernador se puso entre la sombra del filo de la navaja, se protegió del abucheo, hizo que la multitud no lo aplaudiera a él, sino a Calderón, pero daba la sensación que eran para él mandatario veracruzano.
El reproche bajo la mesa estaba a la vista. Desde que se inició el mandato de Calderón, ha prometido bajar las tarifas eléctricas, pero nada ha pasado. El año pasado hubo un subejercio del presupuesto federal en la construcción de obras de infraestructura de más de mil millones de pesos. Tiene años que se anuncia la ampliación de la planta nuclear de “Laguna Verde “y la reconfiguración de la refinería de Minatitlán. En este 21 de abril, Calderón anunció para los veracruzanos más de 500 millones de pesos para obras de infraestructura, menos de lo que no se gastó el año pasado, que constituye un delito, pero a nadie se ha castigado.
Vino hablar de una importante inversión en la refinería de Minatitlán, cuando ésta ya está terminada y para acabarla de amolar, la ampliación de “Laguna Verde” sólo son contratos para compañías extranjeras que ya tienen tiempo trabajando, sin resolver las graves anomalías en el programa radiológico para proteger a la población en caso de un desastre nuclear y no dicen hasta ahora dónde se irán los desechos nucleares que tienen en dicha planta.
“El atole lo hizo Doña Chonita en el mercado Jáuregui de Xalapa y Calderón se las restriega en la boca a los veracruzanos”.
¿Inversiones para Veracruz?
Ahí está la memoria histórica de los jarochos.
Como un compromiso presidencial para la Armada de México, cada ejecutivo federal asiste cada 21 de abril a la Heroica Escuela Naval Militar Antón Lizardo, ubicado en Boca del Río, para conmemorar el Aniversario de la Defensa Heroica del Puerto de Veracruz por la Invasión Norteamericana donde murieron cadetes de esta institución.
Para este año, asistió el Presidente Felipe Calderón al ritual, pero se programó un acto en la congregación de Santa Fe de Veracruz, para la entrega de apoyos al campo y un evento donde se inician los trabajos del gran trébol sobre la autopista en Córdoba que dará más vialidad a miles de automotores.
Este último acto, se sintió antes de realizarse, que olía más a “tufillo" partidista porque precisamente en este lugar el PAN “impuso” como su candidato a la Diputación Federal al futbolista Carlos Hermosillo, que es de Cerro Azul, lugar ubicado al norte del estado y no tiene que ver nada con la militancia panista. La “jugada” del comité nacional y estatal del azul, más que beneficios les trajo la inconformidad del panismo puro no sólo de Córdoba sino de todo el estado.
Imponer a Hermosillo en un distrito en donde el PAN había ganado desde 1997, tendrá sus consecuencias. Pues en el primer acto en la naval no pasó nada. Institucional, emotivo. Los problemas empezaron en Santa Fe, en donde el Estado Mayor no permitió la llegada de autos antes de tres kilómetros del evento y pese al calor no permitieron la entrada de botes de agua. El lugar de antemano estaba lleno de empleados federales. En ese lugar de entrega de apoyos al campo “abuchearon” al Gobernador y fueron exageradamente ruidosos con Calderón.
No se puede saber qué pensaba el Gobernador Fidel Herrera Beltrán en ser apabullado en su propio estado y en el acto de Córdoba se dieron interesantes momentos de alta política. Antes del acto, la explanada llena de camisas azules, quién sabe donde se coló Doña Lencha con cinco mujeres con camisa rojas.
Las “coloradas” se pusieron enfrente donde estaría el estrado de los periodistas nacionales. Uno de los coordinadores de prensa de la Presidencia muy acomedido le dijo a Doña Lencha que por favor se moviera, pero la jarocha contestó con todo su modismo alvaradeño: “Oye chico, tú me quieres mover por mi camisa roja”. No señora, nada de eso, sólo es que no puede estar parada ahí. Doña Lencha, replicó: “Es que tú quieres a Calderón y a Hermosillo y no quieres a Fidel y a Duarte”. Enseguida en coro, las mujeres coloradas empezaron a echarle porras a Fidel y a Duarte, pero estos gritos fueron apagados por el griterío del aplastante de los miles de azules.
Un acto presidencial, lo bajaron a un acto partidista y sólo por la osadía de las cinco “coloradas”.
Llegó el Presidente de la República, el Gobernador, el Alcalde de Córdoba, el encargado de la Secretaría de Comunicaciones, entre otros. Ya sabe, la nube azul de empleados federales “berreaban” el nombre de Calderón, se puede decir que se pasaban y hay una foto de Alberto Morales donde muestra a Calderón tratar que le bajaran a los gritos.
Cuando nombran a Fidel, vino el abucheo de nuevo y las únicas que le echaban porras eran las “coloradas”, pero era una gota en el mar.Entonces vino la política de alta escuela. El Gobernador le tocaba hablar, pero sabiendo que venía el abucheo, antes de llegar al micrófono arengaba a la multitud a subir el tono del abucheo para empezar su discurso diciendo que el único pecado de los veracruzanos era creer en la palabra del presidente Calderón y ahí estaba presente para cumplirle a los veracruzanos. Dicho esto, el abucheo cambio al aplauso.
El colmillo de “mamut” de Fidel resplandecían con el reflejo de la nula nieve que está en Pico de Orizaba, erguido gigante, que a sus pies se hizo el acto. En “el pecado de los Veracruzanos es creerle al Presidente Calderón”, venía el reproche bajo la mesa. No aplaudirle a Fidel por el apoyo a Calderón, sería no aprobar la política del Presidente. El gobernador se puso entre la sombra del filo de la navaja, se protegió del abucheo, hizo que la multitud no lo aplaudiera a él, sino a Calderón, pero daba la sensación que eran para él mandatario veracruzano.
El reproche bajo la mesa estaba a la vista. Desde que se inició el mandato de Calderón, ha prometido bajar las tarifas eléctricas, pero nada ha pasado. El año pasado hubo un subejercio del presupuesto federal en la construcción de obras de infraestructura de más de mil millones de pesos. Tiene años que se anuncia la ampliación de la planta nuclear de “Laguna Verde “y la reconfiguración de la refinería de Minatitlán. En este 21 de abril, Calderón anunció para los veracruzanos más de 500 millones de pesos para obras de infraestructura, menos de lo que no se gastó el año pasado, que constituye un delito, pero a nadie se ha castigado.
Vino hablar de una importante inversión en la refinería de Minatitlán, cuando ésta ya está terminada y para acabarla de amolar, la ampliación de “Laguna Verde” sólo son contratos para compañías extranjeras que ya tienen tiempo trabajando, sin resolver las graves anomalías en el programa radiológico para proteger a la población en caso de un desastre nuclear y no dicen hasta ahora dónde se irán los desechos nucleares que tienen en dicha planta.
“El atole lo hizo Doña Chonita en el mercado Jáuregui de Xalapa y Calderón se las restriega en la boca a los veracruzanos”.
¿Inversiones para Veracruz?
Ahí está la memoria histórica de los jarochos.
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