viernes, 18 de abril de 2008

CARCEL A VÁZQUEZ
Por César Vázquez Chagoya
BINIZA: ¿Castigarán a Fidel Kuri Grajales o lo solaparán como siempre ha sucedido?
Es más de lo que un gobernante le puede tolerar a los políticos, a líderes o a indígenas. En 1998, el alcalde saliente de Soteapan se negaba entregarle el cargo al que ganó la elección municipal. Tomó el palacio municipal. Llenó de grandes piedras el camino de Oteapan a Soteapan, impidiendo la llegada de las mercancías a su propia comunidad. Los indígenas caminaban kilómetros para llegar a sus destinos, pero el alcalde rebelde se atrevió a más: cortó el agua del manantial “El Platanillo”, que dota de agua a la región de Acayucan.Herminio Maldonado era la segunda vez alcalde, protegido por el indígena más rico de San Andrés Tuxtla, Genaro Domínguez Maldonado, dirigente de la Coordinadora de Pueblos Indígenas (CNPI). Este dirigente no podía dejar que sus enemigos tomaran el poder en Soteapan porque se le iba un presupuesto municipal para vivir engañando a gobiernos con el cuento de defender a los indígenas. Licenciado en Derecho, había sido de los principales asesores de Augusto Gómez Villanueva, cuando éste fue secretario de la Reforma Agraria en el gobierno de Luis Echeverría Álvarez.En ese entonces gobernaba la entidad Patricio Chirinos Calero. No se podía permitir que se secuestrara a un pueblo y menos dejar sin agua a miles de ciudadanos por un asunto político entre indígenas de Soteapan. Herminio no era un personaje cualquiera: profesor rural, inteligente, pero ambicioso con ansias de cacique. No sólo fue desbloqueado el camino, rescatando el palacio municipal, sino que fue detenido Herminio con sus más cercanos colaboradores. Como siempre Genaro Domínguez Maldonado, no estaba en el lugar y huyendo, desde su escondite quería negociar por teléfono la liberación de Herminio. Así de fácil es la moral. Los daños, los perjuicios a la población, los lavan con sus actitudes cínicas.Ahora, este 17 de abril, día trágico para Veracruz, cuando el alcalde de La Perla, José Melquíades Vázquez Lucas, azuzado por el ex diputado local Fidel Kuri Grajales, acompañado de un poco menos de un centenar de indígenas, rompieron la presa donde nace el manantial “Cardo Santo” y dejaron sin agua a ciudadanos de La Perla, Mariano Escobedo y Atizizintla, Puebla. Decía hace días Kuri desde Orizaba, que el agua era veracruzana, pero nunca dijo que también le quitarían agua a los mismos de La Perla y del municipio de Mariano Escobedo.Lamentable que las autoridades de La Perla no atendieran la mediación de las autoridades estatales y federales. Ahora el director de Agua Potable en Veracruz, Antonio Benítez Lucho, tiene que mandar con urgencia pipas con agua a las comunidades jarochas, pero también a los poblanos para no hacer una guerra política entre pueblos. Nada justificaba la acción del alcalde de La Perla y la xenofobia del “güero” ex legislador Fidel Kuri Grajales.En este caso es necesaria una acción enérgica de parte del gobierno de Veracruz, porque si no mañana los que surten de agua potable de Xalapa del lado poblano, cerrarán las válvulas. También puede ocasionar que cientos de poblados en el suelo jarocho que tiene los mismos problemas se enfrenten. No hay de otra y se debe aplicar la ley.Para los que no quieran reconocer la hermandad entre el estado de Puebla y Veracruz, sólo hay que reconocer que compartimos fronteras en tres regiones vitales: por la sierra negra, colindante con el volcán “Pico de Orizaba” y los pueblos de la sierra de Zongolica; la región de Perote y el Totonacapan. Ellos comparten sus escuelas y clínicas con nosotros.Por favor no se vale y menos después que unos pseudoaficionados violentaran en el puerto de Veracruz, pateando el camión del equipo de fútbol de Puebla, que le ganó al de Veracruz. No permitan una guerra entre hermanos.

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