viernes, 5 de octubre de 2007
¿Cuándo cambian al General Orozco?, por César Vázquez Chagoya
Después de la guerra que escenificaran el grupo denominado "Gente Nueva" y el brazo armado del Cartel del Golfo, los denominados ZETAS, después que asesinaran a ZETA 14 en la carrera de caballos de Villarin el 4 de marzo pasado, ahora la policía esta siendo objeto de los ataques del narcotráfico en el estado de Veracruz, plaza indiscutible del Cártel del Golfo. Cosas raras han sucedido y las acciones de los ZETAS son desconcertantes. Por un lado cachetean a jefes policíacos. Al delegado de Seguridad Pública en San Rafael lo secuestran tres días. Al de Fortín, se lo llevan hace 12 días y le dan una golpiza hasta dejarlo inconciente y en Xalapa rumores fuertes en contra de atentados a funcionarios estatales. Por otro lado, matan al comandante Gerardo Monrraga el 18 de marzo en Boca del Río. Matan al inspector de policía de Coatepec y este 4 de octubre, acribillan en el puerto de Veracruz al comandante José Ignacio Solís. Si usted llevara una bitácora y manifestara que las muertes de los policías se deben porque detienen a ZETAS, no concuerdan los hechos. En Poza Rica, el año pasado es detenido por elementos de la policía ministerial ZETA 10, por la ejecución de dizque empresarios a los que se llamó "los anclados" y por esa acción nadie ha muerto. En Villarín se detienen a 7 y hay dos comandantes muertos, pero se habla que se quedaron con dinero de las apuestas. Los dos finados fueron antes amenazados. Cuando matan a Monrraga, la policía detiene a 4 ZETAS. Después se enfrentan los ZETAS y la "Gente Nueva" en la entrada a Soledad de Doblado, con saldo de tres muertos que recogen los Ministerios Públicos, pero se habla de que una patrulla de Seguridad Pública logra llevarse 6 cuerpos. Después viene la amenaza en contra del secretario de Seguridad Pública, Juan Manuel Orozco, por parte de la "Gente Nueva" por andar levantando ZETAS. En esa ocasión hubo tres narcotraficantes detenidos y todavía no se sabe a qué bando pertenecían. En Coatzacoalcos, la policía municipal detiene a 5 ZETAS y nadie ha muerto por ello; la municipal de Catemaco también detuvo a un peligroso narcotraficante y no ha pasado nada, entonces ¿por qué a unos los matan y a otros jefes policíacos solamente los amedrentan? ¿Qué tiene que haber para que les perdonen la vida? El 7 de agosto es asesinado Honorio Gutiérrez Muñoz, inspector de Policía de Coatepec, quien sin duda el motivo era porque como ex militar le tenía "ojeriza" de las buenas a los narcotraficantes y realizó innumerables detenciones de narcomenudistas. Cumplió con su deber y a su entierro ningún jefe policiaco de Xalapa asistió: no se fueran a enojar los que lo mataron y ni para decir que estaba lejos, porque Coatepec queda a 8 kilómetros de Xalapa, teniendo todavía la ventaja de una autopista.Observe que los cacheteados son altos jefes policíacos. En Tampico Alto, el delegado de Pánuco y el coordinador regional de Seguridad Pública. En Ixhuatlan de Madero, al mismísimo secretario de Seguridad Pública. ¿Por qué les perdonaron la vida? Se llevan o secuestran tres días al delegado de San Rafael y lo regresan golpeado y asustado. Hace 12 días, la golpiza al delegado de Seguridad Pública en Fortín y no lo ejecutan, que coincide en los mismo días con los rumores de atentados a funcionarios estatales en Xalapa. No cabe duda que la inocencia no tiene espaldas. Casi 40 hombres fuertemente armados con uniformes de la AFI caminan por la casa en donde vive el secretario de Seguridad Pública del Estado de Veracruz, un general retirado. Periodistas de las fuentes policíacas de los diarios de Xalapa corren porque piensan que hay un operativo espectacular. Toman fotos y los elementos se retiran. Después se sabe que no eran AFIS, pero se comportan decentes y no atentan en contra los periodistas que no tienen que ver con su negocio y sus componendas. Algo está pasando con los jefes policíacos, porque llama la atención el comportamiento que tienen los ZETAS con cada uno. Claro que no se quisiera que muriera nadie y menos que si atentan contra ellos sea por cumplir con su deber, pero desgraciadamente no siempre es así. ¿No cree el gobernador que ya es tiempo de cambiar a su secretario de Seguridad Pública, quien nadie lo respeta? --
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