ADIÓS MARCELA
María Marcela Aguirre Muñoz, mujer impregnada de pasión social. Aguerrida como pocas,se supo ganar el respeto de toda la cuenca del Papaloapan. Dirigió por años la radiodifusora XEFU de Cosamaloapan, de la cual fue motor y alma. No había acontecimiento social en que no se involucrara por decisión propia. Cuando sabía de una injusticia, hacía denuncias públicas con sus principales armas que eran su inteligencia y su voz, que ya no escucharemos más: el pasado 30 de noviembre falleció en un lamentable accidente en la comunidad de Pachuca, comunidad de Santiago Ixmatlahuaca, casi llegando a su ciudad natal.Hiperactiva como era, también le gustaba la velocidad, que al final le costó la vida. Alegre, elegante, preparada, no se paraba ante nada. Venia de una reunión del Consejo de Seguridad, y a pesar de haber apoyado casi toda su vida a los cuerpos de seguridad como a la Cruz Roja, y Bomberos, éstos no pudieron hacer nada por ella, porque murió de forma instantánea.La causa del accidente fue un tope sin señalamientos como existen y cobran vidas en todo el país. Parece que los que hacen los señalamientos viales no manejan. Nunca se explica uno porqué se ponen topes sin señalamientos o topes con señalamientos donde está precisamente el tope, cuando deben ubicarse antes del mismo para desminuir la velocidad y no tener un accidente como le sucedió a Marcela.La conocimos en 1988 personalmente, aunque la conocíamos por la voz desde antes que nos venimos a estudiar a Xalapa. Para llegar a Minatitlán antes teníamos que pasar forzosamente por el puerto de Veracruz, ya que no existía el libramiento que mando a construir el gobernador Agustín Acosta Lagunes desde Santa Fe a Paso del Toro. Siete horas de camino, y pasando por Alvarado ya se sintonizaba la XEFU de Cosamaloapan. Ahí estaba en las mañanas, a medio día y en la noche. Así era, fue, Marcela, la voz amiga de la cuenca del Papaloapan.En 1988, siendo delegado de Seguridad Pública, llegó a la oficina. Hermosa, por eso había sido reina del carnaval de Cosamaloapan. Solicitaba apoyo para un baile en beneficio de la Cruz Roja. No se le podía negar nada por lo que representaba, por su causa y su belleza. Se estableció una relación profesional respetuosa. Alababa la decisión del gobernador Fernando Gutiérrez Barrios en destacamentar la fuerza pública en Cosamaloapan, para poner un dique a las acciones de Margarito Montes Parra, quien reclamaba tierras en Oaxaca y en Veracruz. Ya había enfrentamientos entre campesinos y terratenientes en Oaxaca, pero Margarito, líder nacional de la UGOCP, tenía sus oficinas en Santa Cruz del lado veracruzano, a pocos metros del límite con Oaxaca y desde ahí incursionaba al vecino estado, pero se mantuvo respetuoso de no meter violencia en la cuenca jarocha, por lo menos mientras estuvo en el poder Don Fernando.Un día recibimos una llamada de mi amigo Jorge Álvarez Peña: “César, estoy en Cosamaloapan, ¿nos podríamos ver?”... “Claro, ¿dónde estás?”... “Aquí con mi tío Arnulfo”, contestó… “¿Quién?”... “Sí, Don Arnulfo Aguirre Salamanca, primo de mi papá”… “Mira qué chico es el mundo y en dónde nos venimos a reencontrar”, le dije. Jorge había sido alcalde de Texcoco, en el Estado de México, y por paisanaje y amistad participamos en su campaña. El padre de Jorge es Don Silvio Álvarez Salamanca, también papá de Edel, Mery, Silvio y Lorrimer.Claro que la amistad entre su servidor y Marcela se acrecentó. Lamentamos su muerte. Fue una buena ciudadana, comunicadora, hija, hermana y madre. Deja a dos hijos: Carlos Arnulfo y Jasive Méndez Aguirre. Su padre Don Arnulfo Aguirre Salamanca murió hace pocos años y le sobrevive su madre Doña Zoila Muñoz Candelas y sus hermanos Arnulfo, Alfonso, Maria de Jesús y Zoila.Descanse en paz esta mujer excepcional. La cuenca del Papaloapan ha perdido uno de sus valores y una voz amiga. Adiós Marcela. ----
lunes, 3 de diciembre de 2007
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